plaza sarmiento, por ramiro schere.
Los Únicos Privilegiados son los Niños. R.S.
Parece que todo espacio público contemporáneo que se precie de tal debe resumirse en un piso; Piso con mayúsculas. Parece que esta neutralidad en principio es satisfactoria, ya que permite imaginar todos los usuarios y usos posibles. Parece también que si la posición es central o cuanto menos, aislada, mejor.
Pero éste no es el caso. En la “Plaza Sarmiento”, el piso está, pero tanto su posición (esquina), su entorno (enclaustrado) y su programa predominante (patio de juegos), lo han reducido a textura. Sólo resta que la reja ayude a neutralizarlo y a poner a la plaza en su verdadera dimensión.
La reja parte el lugar en dos sub-espacios tangenciales: el espacio público abierto y presuntamente democrático, presidido por el monumento al prócer – fuente de dudosa ideología- queda ligado al espacio de la vereda; y el espacio público super-programatizado, lleno de pequeñas actividades inducidas, queda confinado entre la malla y las medianeras, a la vez de conformar virtualmente la manzana tradicional.
De esta manera el resultado de la obra como documento cultural resaltan por lo menos un par de hechos notables, siendo el primero paradójico: un afuera “abierto” que se protege mediante rejas, de un adentro “cerrado” en donde sin embargo, todo es juego; y el hecho contemporáneo que consiste en ser un espacio donde los únicos privilegiados serán los niños.