salta 2141

Concurso Salta 2141 – Espacio Cultural y Educativo de la Memoria y de la Música. Rosario, Santa Fe.

Arquitectos: Ignacio Montaldo, Edouard Danary, Jan Waehning, Simon Jobin, Niklas Pflieger.

Estructura: Alberto Fainstein, Ing.

Acústica: Gustavo Basso, Ing.

Organizador: Colegio de Arquitectos de Santa Fe, Distrito 2 – Rosario.

Federación Argentina de Entidades de Arquitectos.

Superficie: 5859m2.

“…Para hacer presente la luz, para hacerla sólida, es necesaria la sombra. La adecuada combinación de luz y sombra suele despertar en la arquitectura la capacidad de conmovernos en lo más profundo, suele arrancarnos las lágrimas y convocar a la belleza y al silencio…” Alberto Campo Baeza.

La propuesta busca intensificar el carácter público del complejo edilicio motivo de este concurso con el objetivo de convertirlo en lugar de memoria y sitio de congregación.

Proponemos trabajar el memorial a partir de dos situaciones, la primera, es la de abrir en la planta baja una plaza publica de 7,80mts de ancho y 7mts de altura, que recupera el largo total del lote, siendo un lugar de memoria, encuentro, y de uso y vida. Este espacio conecta el Jacarandá sobreviniente a la tragedia en el frente del terreno con el espacio de la asociación ubicado como culminación de esta plaza publica/Memorial e integrándose completamente a partir de su sistema de carpinterías plegables.

Ésta plaza pública contiene en el lateral una pieza pre-moldeada diseñada especialmente para cada una de las víctimas, con su nombre y una figura de luz, que se ubican de manera longitudinal, en orden alfabético, acompañando el recorrido desde la calle.

Este espacio en planta baja funciona además como un espacio publico desde el que se accede a todos los diferentes usos que alberga el conjunto edilicio.

El memorial se complementa con un generoso patio que a partir de la idea de vacío, que pone en nuestra memoria la idea de la ausencia, recorre toda la sección central del edificio, conectados por dos terrazas hacia el frente y el contra-frente, promoviendo así un modo de extender el memorial a través de todo el proyecto, en una relación de fondo u figura, de lleno y vacío.

Este patio va a generar una importante entrada de luz que a través de las terrazas y de los balcones proyectados entre la celosía y las carpinterías permitirá producir diferentes situaciones fenomenológicas que afectaran todos los sentidos de los visitantes, vinculando la idea de memoria con la de vida a partir de los diferentes usos de cada lugar específico.

El edificio es entendido como manto y como espejo, como espejo porque busca ser un memorial que nos permita recordar la tragedia acontecida, a cada una de sus victimas, y que nos refleje como sociedad y que nos ayude a poder conformarnos como una sociedad mejor y más justa. Y por otro lado tiene que actuar como manto, en el sentido de ser un cobijo para la vida, en donde la arquitectura debe desaparecer y dar cabida a la alegría, la música, el encuentro entre personas, y el uso como espacio cultural y educativo.